Los padres de la víctima relatan el calvario que han vivido por el trato de las instituciones y el juez les recuerda que no se trata de asuntos penales.
28 de marzo de 2023 . Actualizado a las 4:51 p. m.
El juicio de Alfia, tras el anuncio de los heridos y los patólogos, comienza a moverse debido al intenso dolor vivido por los familiares que perdieron a sus seres queridos, lo cual fue lamentable el 24 de julio de 2013. Ayer fue el turno de Cristina, entre otros Liras y Javier García Municio, que perdió a su hijo Curro cuando éste tenía tan solo 27 años. Ambos viajaron desde Segovia a Santiago porque querían asistir al juicio, a pesar de que tenían la posibilidad de declarar por videoconferencia. Cristina, la primera en declarar, dijo entre lágrimas que tenía toda la vida por delante, muchos proyectos de vida y muchos sueños. Este es mi Hijo. Aquí lo tengo, le dijo al juez, mostrándole una foto. Quiero que lo enfrentes. No somos números, no somos 80 muertos y 140 heridos. Es mucho más que eso. Es una tragedia, un desastre evitable.Anunció, en uno de los momentos más emocionantes de lo que sería un juicio de seis meses.
Christina, con la voz entrecortada, relató el dolor antes de enterarse de lo que le pasó a su hijo, en el momento en que le hicieron la prueba de ADN. Y la noticia más amarga que podían esperar, la que aún hoy marca sus vidas, a pesar de tener otro hijo y un nieto recién nacido. Apenados, volvieron a Segovia, tras la discusión que iba a tener su hijo. Cristina y Javier tuvieron que encontrar consuelo en personas que habían pasado por lo mismo que ellos habían pasado y que entendían el profundo dolor de perder a un hijo. Necesitaba hablar con padres que han perdido a sus hijos. Fui a una oficina de asistencia a víctimas y pedí números de teléfono. Todavía estoy esperando. Más tarde, Christina pudo contactar a esos padres y pudieron llorar juntos. Junto a su esposo se sumaron a la Plataforma de Víctimas Alvia, en la que tuvieron grandes logros, pero en la que también vieron desprecio por las instituciones. Agregó que hay que dar la cara, y en caso de negligencia, se debe asumir la responsabilidad, tras denunciar el daño moral causado por la falta de transparencia y mentiras de la administración sobre el hecho.
– ¿Qué espera de este juicio?, preguntó su abogado.
– Nos enfrentamos a víctimas. Espero justicia. Podemos creer que la vida humana es más importante que los intereses económicos y políticos. Las personas son lo primero.
Antes de irse, la jueza Elena Fernández Cors le envió un mensaje directo: Lo siento. El dolor es irreparable, pero su abogado puede aconsejarle muy bien qué esperar del proceso penal, lo que significa que los malos tratos sufridos por las víctimas por parte de las autoridades públicas no fueron objeto de la operación, que se lleva a cabo desde octubre. En una habitación. Ciudad de la Cultura en Santiago.
Así fue el deseado encuentro de la víctima con el conductor del Alfia
Pablo González
El esposo de Cristina, Javier García Muncio, recordó la agonía de los momentos previos a conocer el fatal desenlace. Esa llamada que esperábamos que nuestro hijo hubiera sobrevivido nunca llegó, Él dijo. No se atrevieron a verlo. Y dijo, refiriéndose a las instituciones, esto lo llevamos a pulmón sin ayuda de nadie. Contaron con el apoyo de sus familias y miembros de la plataforma.
Javier hizo un recuento del trabajo de la Asociación de Víctimas y sus logros en el ámbito político, con la intervención de la Comisión Europea en una investigación oficial de la Comisión para la Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) de la que no dieron crédito. Fuimos a muchos lugares. A 200 ayuntamientos, en Europa. Agregó que sabíamos que se cuestionaba un informe que aquí se le daba mucha importancia.
Cuando fueron a Bruselas con la mediación de la diputada del BNG Ana Miranda, Javier recordó esto Un mes antes, la investigación se había cerrado falsamente con el conductor como único acusado.que el Tribunal Regional de Akoroa no permitió.
«Disculpe», interrumpió el juez. Sé todo eso. Ya ha sido probado. Y ahora estamos con su condición lesionada. Hay más de 50.000 páginas de razón a doble cara, un total de cien mil.
– Lo que quiero explicar, señora, es el dolor que nos produjo entonces esta batalla.
– la seguirán guardando, porque me demostraron que ninguna frase podría satisfacerla de ninguna manera.
En este diálogo sin precedentes entre juez y víctima, el juez dejó claro que todas las denuncias de trato recibidas en el ámbito político e institucional quedan fuera del ámbito penal.
Javier García Muncio manifestó que había un caso abierto en la jurisdicción contencioso administrativa y le dijo al juez que aún teníamos que volver atrás porque se habían presentado nuevas circunstancias. El juez respondió que esperaba no estar aquí.
En la audiencia de ayer también declaró una víctima que resultó herida en el accidente y que, casualmente, era vecina de Angua, donde aún vivían sus padres cuando ocurrió el descarrilamiento. Entonces las personas que lo ayudaron fueron sus vecinos y él vio la curva del accidente desde la casa de su familia.