Los datos gallegos se acercan a líderes educativos como los finlandeses, pero una encuesta entre directores de centros escolares revela una falta de confianza en la creatividad de los estudiantes
18 de junio de 2024 . Actualizado a las 12:34 p.m.
Ser creativo no significa dibujar bien. Significa tener la capacidad de generar diferentes ideas, evaluar y mejorar las ideas existentes y brindar diferentes soluciones a un problema. El Pensamiento creativo Es tan fundamental en una sociedad automatizada que no necesita una persona que pueda repetir lo mismo una y otra vez. Por eso es importante y por eso Informe del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA). Dedica un volumen entero a este concurso.que se centra en matemáticas. En este aspecto de la creatividad, España está por encima de la media de la OCDE y países de nuestro entorno. Y en el colapso regional, Galicia, mucho más. Junto a Madrid, Castilla y León, Galicia está en el podio al más alto nivel, casi al mismo nivel que Finlandia.
El mismo estudio confirma que “el pensamiento creativo contribuye al desarrollo integral de los estudiantes, porque potencia sus capacidades mentales”. Capacidad para aprender, resolver problemas y habilidades metacognitivas. A través de la investigación y el descubrimiento, ayudar a los estudiantes a interpretar la información de una manera estimulante y significativa para construir su propio conocimiento. Los datos españoles son muy reveladores porque en él participaron todas las comunidades con una muestra ampliada, lo que hace que el resultado debería ser muy cercano a la realidad.
Como siempre, en PISA Rendimiento en seis niveles: El segundo nivel bajo significa que el estudiante puede generar ideas apropiadas y resolver problemas sociales y cotidianos familiares, así como desarrollar ideas sencillas por escrito, con párrafos cortos y diálogos breves; En el nivel más alto, 6 (excelencia, lo que entendemos por 9 o 10), el estudiante genera ideas creativas, innovadoras y diversas en una amplia gama de tareas, incluidas aquellas en contextos complejos, abstractos y desconocidos. Según el promedio de la OCDE, el 15% de los estudiantes se encuentran en el segundo nivel (el 6,5% permanece en el primer nivel) y el 8,9% en el nivel superior; En España, los porcentajes son los mismos en el nivel 2, mejores en el nivel 1 (5,1) y ligeramente inferiores (7,8) en lo más alto; Galicia tiene menos alumnos en el segmento inferior (3,6 y 11,3 en los niveles 1 y 2) y 9 en excelencia. Es la tercera sociedad en estos datos, tras Madrid, Castilla y León, que tiene mejores cifras de superioridad (10,7 y 9,8 respectivamente). Como es habitual en PISA Galicia está igualada (aún mejor) con Finlandia en la parte baja de la clasificación, aunque todavía lejos de la cima; Para la sociedad, todos los indicadores apuntan a una falta de excelencia, que se ha agravado tras la pandemia.
Lo anterior habla de líneas generales, porque Lo interesante de PISA son siempre los matices. Por ejemplo, ¿existen diferencias significativas entre niños y niñas? ¿Según el entorno social y económico? ¿Entre locales e inmigrantes? La respuesta es sí: hay diferencias en la OCDE, la UE, España y Galicia. En realidad, Galicia con 2,2 puntos a favor de las chicas (y esta es la tendencia general) Tiene una brecha equivalente a la de España pero ligeramente menor que la de la UE (2,6) y la OCDE (2,7); Para ponerlo en contexto, Finlandia tiene 6 puntos y Corea 3. En España, las sociedades en peor situación son Aragón (3,1) y Cataluña (2,8).
El Entorno social y económico, factor importante en el rendimiento académico en bachillerato, dice lo mismo, pero Galicia es muy potente, con niveles de equidad altísimos. Por ejemplo, la media de la OCDE es de 9,5 puntos a favor de los estudiantes ricos, en la UE es de 10,2 y la media española es de 7,9. Galicia tiene una diferencia de 6,2 puntos, que es bastante pero más justa que Corea (6,5), Canadá (7,3) e incluso Finlandia (que tiene una diferencia de al menos 9,4 puntos). En España, Cataluña (8,6) es la sociedad en peor situación, seguida de Andalucía (8,1) y Asturias (8); Cantabria (4,9) encabeza el ranking español, seguida del País Vasco (6,1) y ahora Galicia.
finalmente, La diferencia entre indígenas e inmigrantes (Que incluye a los nacidos en otro país e incluso a sus hijos, aunque hayan nacido en España), la posición de Galicia es uniforme. En 4,8 puntos, es superior a la media española (3,6), a la OCDE (4,4) e incluso a la Unión Europea (4,7). En España hay sociedades con mayores diferencias, aunque pocas: Murcia (6,2), Cataluña y Asturias (ambas, 5) y País Vasco (4,9). En Andalucía, Canarias, Extremadura y Cantabria no hay mucha diferencia. A nivel internacional, Corea tiene 10 puntos, Finlandia tiene 8 puntos y Alemania tiene 7 puntos. Esto significa que la integración de los inmigrantes es una cuestión pendiente en casi todo el mundo.
Creencias y mitos
Pocos estudiantes españoles (en general, de cualquier lugar) creen que la creatividad se limita a las artes (Sólo el 20% de los españoles y el 30% de los miembros de la OCDE piensan así), pero la otra cosa es la importancia del talento innato. El 47% de los jóvenes españoles de 15 años cree que una persona no puede mejorar mucho su inteligencia con esfuerzo y trabajo; En Galicia, el 46% así lo cree, y se encuentra entre las comunidades mejor situadas de esta parte de España (junto con el País Vasco, las Islas Baleares de Navarra, Madrid o Cataluña). Esta creencia es importante porque en países donde los estudiantes tienen claro que con dedicación y buenos docentes pueden llegar a ser triunfadores, es más fácil obtener un alto número de distinciones; Quienes confían sólo en el talento natural ven disminuido su potencial.
Esta visión no es tan extraña, cuando se preguntó a los directores del centro, el 10% de los gallegos respondieron que la creatividad no se puede entrenar o que no se puede ser creativo de casi ninguna forma. O por ejemplo, El 35% de los directores de colegios niegan que la mayoría de sus alumnos sean creativosEste porcentaje mejora cuando se les pregunta si a la mayoría de sus alumnos les gusta hacer proyectos creativos (el 23% respondió que no) o si sus alumnos son creativos (el 22% lo negó). En cuanto a las expectativas hacia los estudiantes, los directores gallegos se sitúan en la mitad de la tabla, lo que puede llevar a pensar intensamente como grupo (en Islandia, México, Canadá, Irlanda o Estonia sólo el 10% de los directores cree que la mayoría de sus estudiantes son no creativo).
La creencia de los profesores gallegos se transmite claramente a los alumnos. Los gallegos van por detrás de España en esta frase “Mis profesores valoran la creatividad de los alumnos”: Esto sólo aplica al 54% de los estudiantes, cuando la media española es 8 puntos superior, y la media de países como Dinamarca, Finlandia, Países Bajos, Nueva Zelanda o Canadá supera los 20 puntos. No es de extrañar que ante la afirmación “Mis profesores me dan tiempo suficiente para encontrar soluciones creativas a los trabajos”, sólo el 51% de los gallegos (la tasa más baja de España) respondiera que sí.
De la afirmación a la verdad. Los alumnos gallegos participan en actividades escolares creativas sólo en contadas ocasiones: un 24% en arte, un 18% en programación (la última de España), lo mismo en música, y mucho menos del 10% en materias como escritura, debate, teatro, publicaciones o ciencias.