Anna Sandamel, acusada de matar a su hija, este lunes al inicio del nuevo juicio por ese delito. manuel guidi
No es inusual que los tribunales superiores, a través de la apelación, anulen los veredictos de los tribunales con jurado y fuercen un nuevo juicio con un nuevo jurado por falta de lógica.
El requisito de fundamentación de las sentencias es un mandato constitucional (art. 120.3), y afecta igualmente a las sentencias dictadas por jueces y tribunales profesionales y las derivadas de sentencias de jurados. Así, en el ámbito penal, estos elementos no pueden limitarse a una declaración de inocencia o culpabilidad, y serán sustituidos por razones por elementos de valoración de hechos probados que lleven a una u otra conclusión.
Es cierto que el Tribunal Supremo no exige que el motivo sea amplio, ni siquiera explícito en todas las preguntas que se le hacen al jurado como objeto del veredicto (las preguntas que el presidente del tribunal le hace al jurado para su respuesta por escrito). Con frecuencia se acepta un conjunto abreviado y conjunto de hechos probados. pero si tal motivo se requiere en casos sustanciales y contenciosos ante el jurado.
Por lo que a nosotros respecta, la falta de motivación suficiente en cuanto a la valoración del impacto psicológico de la acusada -la madre de la víctima- motivó la anulación del juicio y la consecuente repetición. El caso de la niña Desire Lil. La intensidad de esta vulnerabilidad puede determinar, en este caso, la existencia de una defensa por enajenación psíquica, si es muy grave, o penalmente ajena, si es leve. Una cuestión crucial para la sentencia, que puede ir desde la absolución (si la autora no sabía lo que hacía o no controló su voluntad) hasta la condena, con o sin atenuantes (si sabía exactamente lo que hacía, o si tenía la capacidad de saber o querer, aunque no completa).
Al anular el veredicto, TSXG reconoció que el jurado, en su veredicto, se limitó a su elección de decisión: una decisión de mínimo impacto psicológico, no relacionada con el indulto o la atenuación, y compatible con la prisión permanente. Pero él no estableció su decisión. Lejos de decir que se basó en las opiniones de psiquiatras y psicólogos. El jurado no precisó, ni siquiera brevemente, el motivo de su elección.
La cláusula de motivo es una salvaguardia contra la arbitrariedad, que es esencial al derecho básico de defensa, y que aclara el derecho a que cada persona conozca las razones por las que es culpable de un delito y le imponga una pena.