La Ley Sí Sólo Sí también afecta a la legislación de menores.
-¿cómo?
– En los delitos sexuales, la reforma no se coordinó adecuadamente con los principios del derecho penal de menores: proporcionalidad, flexibilidad y no discriminación por razón de edad. El encierro que propone la reforma sólo debe aplicarse a las agresiones sexuales con penetración en las que coincidan violencia e intimidación. Es desproporcionado con delitos como el acoso sexual, el abuso no violento o incidental y la intimidación, porque cuando lo comete un adulto, no significa necesariamente ir a la cárcel.
– También puedes vigilar a menores desprotegidos.
—Sí, y en Galicia tenemos muchos expedientes de menores en peligro. El interés de estos menores es acorde con los servicios sociales municipales, que carecen de medios personales y equipos multidisciplinares. Hay una distinción por ubicación. En las grandes ciudades existe esa red de atención primaria, pero en los municipios pequeños no. Es algo que deben solucionar los ayuntamientos, porque la ley impone un apoyo económico a los ayuntamientos para suplir este déficit, y no lo hacen. Hay mucha variación a la hora de hacer frente a estas situaciones de riesgo según el lugar de residencia del menor.
– ¿Cuál es el futuro de estos menores cuando alcancen la mayoría de edad?
– Es otra preocupación que tenemos los fiscales. Cuando cesan la tutela a los 18 años, en muchos casos salen de los centros de protección sin prepararse para la vida independiente. Están condenados a la marginación y al crimen. Necesitamos redes de apoyo social para intentar seguir acompañando a estos jóvenes mientras no se reconduzcan a la vida laboral. La Xunta tiene un programa de Mentores, pero es selectivo e inadecuado porque solo busca perfiles regulares de menores, y esos son los más bajos.