Mencionar el aura de superioridad de algunos profesionales médicos. ¿Afecta esto a la calidad de la atención?
– Caracedo dice en la introducción: El orgullo ciega la ceguera. Todos en algún momento, y creo que es una condición muy humana, abordamos el diálogo con esa especie de superioridad técnica, la famosa expresión «yo soy el médico». Lo he visto suceder incluso entre parasimpatizantes, entre especialistas. A veces nos lleva a situaciones extremas que, en última instancia, pueden hacer que seamos autosuficientes para decirlo. El problema de la medicina general es que se pierde la continuidad de la atención, por eso muchas veces se retrasa el error porque no se cuestiona lo dicho por el colega. La enfermedad es un proceso de desarrollo y los síntomas que aparecen pueden hacer que cambies tu perspectiva sobre el problema. Cuando analizamos casos, a veces pensamos “Era agosto, era Navidad, era fin de semana”. En las historias clínicas vemos cortar y pegar. El problema es que no sabemos cómo reconocer que el sistema tiene fugas y falla cada vez más. Constantemente escuchamos que tenemos la mejor atención médica del mundo.
El racionamiento de la atención médica conduce a la medicina defensiva y es muy dañino.
—La medicina defensiva está prohibida en el Código Ético. Esta pregunta se hizo en un foro donde dije, ¿no se dan cuenta de que los formularios de consentimiento informado que hacen que los pacientes firmen que cualquier cosa puede pasar y que el paciente sabe y asume el riesgo es una droga defensiva? En los casos de procedimiento penal, donde está en juego el médico, desde su prestigio hasta una sentencia que puede resultar en inhabilitación, podemos tener media docena de juicios al año en España. En el procedimiento habitual, el médico no se ve perjudicado de ninguna manera fuera de su orgullo profesional. La mayoría de las reclamaciones son para los servicios de salud pública o las compañías de seguros, por lo que somos una medicina relativamente defensiva en respuesta al miedo a quejarnos. No debería existir cuando las estadísticas dicen que más del 95% de las denuncias penales contra los médicos se presentan. Y ojo con la medicina defensiva porque hasta hemos visto historias clínicas fraudulentas.