Desde este fin de semana se habilitan batidas libres para intentar frenar su expansin
17 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.
Los jabales, al igual que otros mamferos, como los zorros, o aves, como las gaviotas o las palomas, han sabido adaptarse muy bien a la presencia del hombre. Es, como dice el investigador del Instituto de Investigacin en Recursos Cinegticos (IREC) Joaqun Vicente Baos, una especie muy plstica, muy adaptable. Tanto que estos animales omnvoros campan a sus anchas por campos de cultivos y zonas urbanas buscando alimento que les permitan vivir como marajs en entornos donde, adems, estn mucho ms protegidos de sus depredadores.
Ese poder de adaptacin es una de las razones que explican la proliferacin de jabales en reas urbanas y periurbanas registrada en los ltimos aos, segn la catedrtica del departamento de Microbiologa e investigadora del Laboratorio de Referencia Escherichia coli de la Facultad de Veterinaria del Campus Terra de la USC, Azucena Mora. Esa sobrepoblacin es la que ha llevado a la Xunta a declarar por tercera vez la emergencia cinegtica, en esta ocasin para el 80 % del territorio gallego. Desde ayer mismo, hay batidas libres de estos animales en 248 municipios.
Pero esa sobrepoblacin no es una situacin que haya cambiado de un da para otro. Responde a unas causas que se arrastran desde hace tiempo, dice Joaqun Vicente. Y, segn aprecian desde la Federacin Galega de Caza, no es que se haya disparado la poblacin en estos ltimos aos, lo que parece haber sucedido en este tiempo es que se han desplazado desde zonas de montaa hacia el eje atlntico de Galicia.
Tambin ocurre que tanto la proliferacin de la agricultura intensiva en algunas partes de Espaa como el cambio climtico —los inviernos ms suaves hacen que migren cada vez ms hacia el norte de Europa— favorecen su reproduccin: Los jabales son una especie con una capacidad reproductiva atpica en un animal tan grande. Se asemeja ms a la de los roedores. Tanto el hecho de tener ms comida disponible en maizales o en las ciudades como la subida de las temperaturas con unos inviernos menos fros de lo habitual favorecen que tengan ms camadas y ms numerosas, dice el investigador del instituto IREC.
Este ltimo centro comenz este mes, por encargo del Ministerio de Agricultura, la monitorizacin de la poblacin de jabales en la Pennsula para conocer sus movimientos. En los prximos meses se pondrn ms puntos de estudio; otro estar en la provincia de Lugo, sumndose al que ya hay en Ourense, indica.
La escasez de estudios de movimiento se une a la baja capacidad para controlar ese aumento de la poblacin en toda Europa. Cada vez hay menos cazadores. Entonces hay que buscar frmulas de control ms efectivas. Desde el IREC vamos a emprender una investigacin para probar unas frmulas ms efectivas de captura por medio de una red, avanza, al tiempo que, ms all del control letal, tambin sugiere frmulas como habilitar zonas de separacin en los cultivos para que no dispongan de tanto alimento.
El cambio de hbitos de los gorrinos y su acercamiento a reas urbanas es lo que ha llevado a incluir a estos animales como una de las especies centinela en el marco de un programa de investigacin que llevar a cabo la investigadora Azucena Mora.
Vamos a incluir en nuestros estudios la carne de caza de esta especie, controlada sanitariamente, por si hay presencia de bacterias multirresistentes que puedan llegar al consumidor. Adems, se trata de ver el impacto que genera el ser humano en el ambiente a travs de estos animales salvajes, para que sirvan de centinela de la diseminacin de resistencias, apostando por que se incluyan en planes nacionales de control de enfermedades, junto con las zoonosis clsicas como la tuberculosis, la triquina…, explica la investigadora.
Todo, dentro del concepto One Health, en el que colaboran de forma coordinada especialistas en medicina y veterinaria con perfiles ligados a la microbiologa, la fauna salvaje y la genmica. Y para realizar esos controles no solo usarn las carnes destinadas al consumo, tambin analizarn muestras de heces y de los animales cazados en las batidas para controlar su proliferacin.
Un animal que se ha ido desplazando desde la montaa al eje atlntico
No hay nadie que, con permiso de los investigadores dedicados a monitorizar la especie, conozca mejor los movimientos de los jabales que los que se dedican a patear el monte. Jaime Xusts lleva hacindolo muchos aos. Desde hace unos diez es presidente del terreo cinexeticamente ordenado (tecor) ms extenso de Galicia, con 46.000 hectreas. Es el de A Terra Ch, una de las comarcas con mayor tradicin agroganadera de Galicia y donde, curiosamente, en la ltima campaa han bajado las llamadas por avisos de daos provocados por el jabal. Levo dez anos como directivo do tecor e este no que menos chamadas houbo. Non teo monitorizados os datos de xabars, pero un indicador de que nesta zona hai menos, do mesmo xeito que est pasando na montaa, como Negueira de Muiz ou A Fonsagrada, explica.
Desde la Federacin Galega de Caza creen que el aumento de las temporadas de caza y las emergencias cinegticas dictadas en el 2019 en 33 concellos, y luego en el 2021 en un total de 198, han tenido algo que ver.
Pero la sensacin que tiene Jaime es tambin una prueba de un desplazamiento de jabales hacia zonas donde no existe una presin tan acusada por parte de los cazadores o de otras especies, como el lobo, pero donde, adems, pueden obtener refugio y alimento. O xabaril un animal preeiro que se adapta moi ben e pode comer do lixo ao tempo que se vai metendo nesas leiras que estn sen rozar, apunta este cazador. De ah la necesidad de adoptar comportamientos que no favorezcan su atraccin, como no dejar comida o limpiar la maleza en las zonas periurbanas.
Una cuestin de educacin
En este contexto, la implementacin de pequeas medidas podran ayudar a una mejor convivencia con esta especie. Y, para lograrlo, la herramienta perfecta es la educacin. Hay que educar en la escuela para que los nios sean los que ayuden a concienciar a sus padres sobre cmo tratar con la fauna salvaje en entornos humanos, apunta Azucena Mora.
Sugiere acciones como impedir el acceso de los animales a los residuos humanos o evitar la proximidad de alimentos a la fauna salvaje con la que se convive.
Non semento mis millo; estou cansada de darlle de comer ao xabaril
J. R.Alvite
Por cuarto ao consecutivo, Mara del Carmen Gonzlez ha sufrido los ataques del jabal sobre sus fincas de maz situadas en las inmediaciones de la aldea mazaricana de Lamasapn, en la que reside.
En apenas tres das, esnaquizoume as das leiras que tia sementadas e que estn separadas por uns 300 metros. Acabou coas mias e tamn con todas as dos vecios que atopou ao seu paso. Todos os anos igual. Non semento mis millo, estou cansada de darlle de comer ao xabaril, seala resignada esta pequea agricultora para quien sus doce ferrados de terreno —unos 5.000 metros cuadrados de superficie— tienen el mismo valor que las docenas de hectreas que siembran la mayora de ganaderas de Mazaricos, el principal ayuntamiento maicero de Galicia con algo ms de 3.000 hectreas cosechadas en la presente campaa.
Eu boto pouco, en comparacin coas granxas grandes, pero para min tan importante o dano sufrido coma para eles, porque o alimento que teo para as mias galias e os porcos, apunta la afectada, que lamenta el exceso de burocracia y la escasez de las ayudas pblicas para paliar los daos causados por el jabal.
Primeiro, tiven que chamar a un telfono para dar o aviso; despois, ir co axente ensinarlle as leiras, e, despois, cubrir un impreso e levalo ao Concello para que mo mandaran Xunta, que, anda por riba, tardan moito en pagar, incluso tratndose de cantidades ridculas como o meu caso, explica Mara del Carmen, que en aos precedentes apenas cobr 200 euros por los daos en sus fincas.
En este sentido, la orden de ayudas publicada por la Consellera do Medio Ambiente establece importes que oscilan entre los 14 cntimos por cada metro perdido en cultivos de pradera, trigo o centeno y los dos euros en cultivos de huerta, como lechuga, tomate o zanahoria. Las fincas de maz afectadas se pagan a 19 cntimos por metro para la gramnea en grano y de 29 cntimos cuando se trata de la variante forrajera.
En cualquier caso, el procedimiento se inicia siempre con la comunicacin del dao al telfono 012, donde se facilita al afectado un cdigo de identificacin que servir para acreditar la llamada e identificar el expediente.
La lluvia limpia el rastro de ejemplares en la primera jornada de batidas sin lmite
Las lluvias localmente fuertes, sobre todo en las provincias de A Corua y Lugo, cadas durante la noche y la jornada del sbado, han jugado a favor de la cabaa de jabales en los montes gallegos coincidiendo con la primera jornada de la denominada emergencia cinegtica temporal. Una medida con la que la Administracin gallega da va libre para la caza en los cotos y entornos urbanos y periurbanos, sin lmite de piezas, en un nuevo intento por controlar a estos ejemplares salvajes y los daos que estn ocasionado en los cultivos, la implicacin en accidentes de trfico y, en ltimo caso, para el control de esta especie en caso de que llegara hasta Galicia la peste porcina africana (PPA).
Algunas cuadrillas s tuvieron suerte. La jornada para los 18 cazadores de la cuadrilla Os da Tora, en la zona de Caldas,acab con dos ejemplares adultos abatidos en el coto autorizado, con un radio de accin de unas 7.500 hectreas. Todo un logro, si se tiene en cuenta que en otras zonas gallegas las capturas se redujeron a cero. En contra de lo que pueda parecer, darle caza a un jabal no resulta tan sencillo. No se trata de avistar un ejemplar, apuntar con la escopeta, abatirlo y sellar la pieza.
La sesin comienza muy de madrugada, antes del amanecer. Las tazas de caf humean en el punto de encuentro de la cuadrilla Os da Tora antes de iniciarse la batida, explica Manuel Martnez Casal, presidente de la Mesa Gallega por la Caza y participante de esta primera jornada. All, una vez comprobada que toda la tramitacin est en regla, se cercan las zonas de monte, se asignan y salen los cazadores con los perros que detectan el rastro de los ejemplares. Las lluvias cadas dificultaron las tareas porque lavaron huellas y despistaron a los perros que, con su olfato, se encargan de localizar los encames, las madrigueras donde descansan los jabales durante el da. Porque son una especie de vida nocturna. Durante la noche se activan y pueden recorrer de 2 a 12 kilmetros, no sin antes arrasar cultivos y ocasionar grandes prdidas a su paso.
A las lluvias se aaden otras circunstancias como el hecho de que el animal que hizo estragos en un maizal a pocos metros del lmite del coto autorizado para la batida ya no se puede capturar.
Las dificultades a las que se enfrentan estos grupos de caza las ilustran las cifras. Desde que a mediados del pasado mes de agosto comenz la temporada hasta este sbado, la cuadrilla de Caldas captur un total de siete ejemplares. La cabaa de jabales se cuenta por miles.
La irrupcin de estos animales en las carreteras causa casi diez accidentes al da en Galicia
La irrupcin de jabales en la calzada es desde hace aos una de las principales preocupaciones de los responsables de la Direccin General de Trfico en Galicia, donde se registran una media de casi diez accidentes con jabales al da. En el 2022 hubo ms de 3.500 siniestros de este tipo, una cifra que ha ido aumentando en los ltimos aos. Y este 2023 no parece que la situacin vaya a ser mejor, como lo refleja la estadstica de accidentalidad en las provincias ms afectadas por la presencia de jabales en la carretera: Lugo, con 950 casos en lo que va de ao, y Ourense, con 570.
El jabal representa un enorme problema en la carretera, reconoce David Llorente, jefe provincial de Trfico en Ourense y buen conocedor de la situacin que provocan estos animales. Llorente advierte que esa cifra puede ser aun mayor: En la red viaria de Ourense tenemos una media de tres accidentes con jabales al da, y esos son los que estn registrados, porque hay una cifra de siniestros que no llegan a conocerse, bien porque el vehculo implicado no tiene en su seguro la cobertura de atropello de animales, o bien porque los daos han sido leves y el conductor no ha dado parte del accidente.
La mayora de los accidentes con jabales se cierran con daos materiales y con la muerte del jabal. Pero hay otras ocasiones el siniestro provoca vctimas humanas, como ocurri este verano en Chantada, donde perdieron la vida dos jvenes ocupantes de un coche que se sali de la va debido a la irrupcin de un jabal en la carretera. Eso no puede pasar, seala David Llorente, que sostiene que el de los jabales es un problema de enorme magnitud que hay que abordar cuanto antes.
Cada vez ms casos
Igual que est sucediendo en el resto de lugares, cada vez es ms fcil encontrarse un jabal en la carretera. Y no hay una varita mgica para afrontar ese momento, que casi siempre suele ser inesperado. Por la experiencia que tenemos de los accidentes con jabales, lo recomendable es no dar volantazos. A veces intentar esquivar al animal puede tener resultados fatales. Si no da tiempo a frenar y evitar la colisin, hay que asumir que lo mejor es atropellarlo, afirma Llorente, que coincide con la recomendacin de otros expertos en trfico.
Desde el punto de vista de la siniestralidad vial, la sobrepoblacin de jabales tiene una doble incidencia. De forma directa, los daos materiales o personales que pueden producirse en un accidente. Y de manera indirecta, los recursos que hay que dedicar a la atencin de ese tipo de siniestros y que podan ser destinados a una prevencin ms activa de la accidentalidad. Un informe del ao pasado indicaba que la Guardia Civil de Trfico dedicaba una hora y media a los atestados en esos casos, lo que significaba la dedicacin de 5.000 horas al ao a ese tipo de siniestros, casi siempre de daos materiales.