Xoán A. Soler | Guardia Civil

La explosión de gas en una vivienda de Ordes hizo volar la fachada y caer el suelo sobre el bar situado en el bajo. Hubo cuatro heridos, uno de ellos muy grave

27 jul 2023 . Actualizado a las 11:24 h.

José David González volvió a nacer. A las diez de la mañana de ayer estaba tras la barra de su bar, en el número 24 de la rúa do Recreo, en el centro de Ordes, cuando la primera planta del edificio se le vino encima a causa de una explosión de gas. «Foi un topetazo tremendo, a onda expansiva tiroume ao chan e caeron cascotes por todos lados». Aparentemente, no tiene ni un rasguño, por suerte y porque, tirado en el suelo, se protegió la cabeza con los brazos. Cuando se levantó, tras la barra vio una escena dantesca: mirando hacia arriba, había un enorme boquete por el que solo se veía el techo de la vivienda de la planta superior, en la que residía el propietario de todo el edificio, José Vázquez Varela, de 88 años, quien también cayó al bar al hundirse toda la placa bajo sus pies.

José Vázquez tenía quemaduras, sobre todo en los brazos y piernas, y es el único herido grave en este suceso que pudo ser una tragedia. Frente a la barra, de los tres clientes que estaban en ese momento en el bar, dos sufrieron heridas, y uno de ellos tuvo que ser rescatado porque quedó atrapado entre los cascotes. La cuarta y última persona lesionada, dada de alta poco después, fue una niña de 11 años alcanzada por cristales cuando pasaba por delante del edificio.

Toda la fachada de la vivienda de la primera planta del inmueble voló a causa de la explosión y los restos quedaron esparcidos a lo largo de varias decenas de metros en las calles Recreo y Mirón, en cuya confluencia se ubica el bar Lesta, regentado por José David y que ocupa el bajo, así como una pequeña peluquería de caballeros anexa que también resultó muy dañada. Restos de la fachada y la onda expansiva rompieron los cristales y causaron pequeños desperfectos en varios edificios próximos. Además, dos turismos estacionados en la calle Mirón quedaron totalmente destrozados bajo los cascotes.


«Un refacho moi forte»

Hora y media después de la explosión, que produjo un estruendo que pudo oírse de un lado a otro de Ordes, a Mónica Boquete le costaba reponerse del susto mientras barría los cristales de las ventanas de su salón de belleza, en el número 43 de la calle del Recreo. Poco antes de las diez se disponía a atender a su primera clienta del día, pero ya no pudo: «Houbo un estrondo fortísimo e sentín como un refacho de vento moi grande e intenso, foi horrible», explica antes de expresar su alivio por el hecho de que no fuesen aún peores las consecuencias personales del suceso.

Este era el comentario general entre los ordenses que se acercaron a la zona afectada, donde la Guardia Civil y la Policía Local acordonaron varias calles para que pudiesen trabajar los bomberos del parque comarcal con base en la localidad, así como los llegados de Betanzos, el personal movilizado por Urxencias Sanitarias de Galicia-061, con tres ambulancias y el helicóptero medicalizado desplazado desde Ourense y efectivos de Protección Civil.


En las inmediaciones de la calle del Recreo se ubica la feria de la localidad, que se celebraba ayer, por lo que tiene mucho tránsito rodado y peatonal. Además, frente al edificio donde se produjo la explosión hay una farmacia y una panadería, que suelen estar muy concurridas a esas horas. «Foi un milagre que ninguén máis fose alcanzado», comentaban unos vecinos a la puerta de la panadería Gende.

Las causas del suceso están siendo investigadas. La Guardia Civil apuntó desde el primer momento a una explosión de gas, pero ayer se desconocía por qué se produjo. Al parecer, la vivienda no contaba con suministro de gas canalizado, por lo que se cree que utilizaba butano, al menos para la cocina.


José Vázquez es el único habitante de la vivienda, donde casi todos los días recibe la visita de su único hijo, que no reside en Ordes. Es una persona muy conocida en la localidad, donde hace años, durante su vida profesional, había regentado el bar sito en el bajo del edificio de su propiedad, así como la pequeña peluquería anexa al establecimiento hostelero.

Con quemaduras de tercer grado en el 45 % del cuerpo y pronóstico muy grave, José Vázquez fue trasladado en el helicóptero de emergencias sanitarias a la Unidad de Quemados del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac). El cliente del bar que había quedado atrapado por una pierna entre los cascotes, de 68 años, ingresó en la uci del Hospital Clínico de Santiago con pronóstico reservado, y otro más recibió asistencia en el centro de salud de Ordes y fue dado de alta.


A última hora de la mañana, tras la limpieza de las dos calles afectadas, la zona fue reabierta a la circulación.