El envejecimiento y el envejecimiento han sido evaluados de manera diferente a lo largo de la historia. Hoy son y deben ser vistos como el pilar de la sociedad en la que vivimos, convivimos, aprendemos, trabajamos, interactuamos o nos divertimos.

07 de enero de 2023 . Actualizado a las 05:00 AM.

Múltiples factores de carácter cultural, biológico, psicológico, social, económico, político e institucional influyen en la percepción y percepción de lo que significa ser una persona mayor. en este sentido, Envejecimiento y envejecimiento Han sido objeto de diversas valoraciones a lo largo de la historia. Sería un error decir que este es el momento que más nos toca vivir Un hombre viejopero también es cierto que la vejez ha gozado de valoraciones más positivas en otros momentos de la historia humana.

Por ejemplo, en las culturas egipcia, romana e incluso griega, los ancianos eran vistos positivamente y desempeñaban un papel importante como transmisores y depositarios de la sabiduría. sin embargo, El Renacimiento puede considerarse la peor etapa de la vejezPorque Europa occidental se sintió atraída por el legado que nos dejó la antigua Grecia, su elogio de la juventud, la belleza y la perfección, y, por el contrario, el rechazo a la fealdad, la imperfección y el envejecimiento natural. Asociado a este fenómeno aparece por primera vez la imprenta y ya no es necesaria la memoria oral de los ancianos.

Sin embargo, no podemos entender la complejidad de este fenómeno sin tener en cuenta la gran transformación social que ha sufrido nuestro país en los últimos cincuenta años. Así, si consideramos la dimensión colectivo-individual propuesta por el psicólogo social Gérard Hendrik Hofstede, Podemos concluir que la sociedad española, y en particular la gallega, es cada vez más individualista. Pero, además, existen otro tipo de factores como la integración de la mujer al mercado laboral o el aumento de las familias uninucleares, que son factores que deben tenerse en cuenta para un análisis más integral del tema.





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Carlos Ponzón



Aceptar lo que seremos

hace más de 50 años, Simone de Beauvoir (1970) en su artículo Anciano Y afirmó: «No sabemos quiénes somos si no sabemos lo que seremos: conozcámonos en ese viejo, en esa vieja. Así debe ser para asumir plenamente nuestra condición humana. Con estas palabras describió un hecho que hoy tiene un sentido absoluto. No aceptar lo que seremos es negar nuestra existencia, nuestra esencia y nuestro futuro. Las sociedades necesitan pilares que las sustenten, las definan y las normalicen, y sobre estos pilares se asientan las personas mayores. A menudo son vistos como receptores de ayuda, cuidado y apoyo económico más que como cuidadores de otras personas y donantes de su tiempo, energía, conocimiento y apoyo emocional, material y económico para la familia y la sociedad.

Las personas mayores contribuyeron Construyendo un estado de bienestar Y el sistema democrático imperante en nuestro país aporte económico incalculable Durante décadas han creado muchos de los negocios e industrias que hoy en día mueven nuestra economía, han sido madres y padres, maestros y abuelos… Son transmisores de sabiduría y experiencia, ofreciendo consejos y apoyo emocional. Además, actuaban como cuidadores de sus hijos, nietos e incluso compañeros o hermanos cuando se presentaba alguna enfermedad o la condición lo requería. Sin olvidar su contribución a la economía, como puede ser el caso de los denominados economía de plata o economía de plataque incluye todas las actividades económicas, productos y servicios destinados a satisfacer las necesidades de los mayores de 50 años.


Durante los años de crisis, fueron, para muchas familias, el único sustento económico. Y en la epidemia provocada por el Corona virus, a pesar de ser el grupo de edad más desatendido y discriminatorio, fueron los más disciplinados, apegados a las normas impuestas y mostrando su experiencia y resiliencia para sobreponerse a las circunstancias adversas.

En resumen, las personas mayores son y deben ser vistas como El pilar básico de la sociedad. en el que vivimos, convivimos, aprendemos, trabajamos, interactuamos o disfrutamos. Sin embargo, los humanos a veces son desagradecidos. Lejos de respetar y apreciar las virtudes y aportes que nos han hecho, tratamos y relegamos a los mayores a un segundo plano, descuidamos sus derechos y necesidades, adoptamos un paternalismo nocivo o incluso los ignoramos o invisibilizamos.


Así, una vez más, se hacen presentes las reflexiones de Simone de Beauvoir: «Miremos a esta persona que seremos Cuando el envejecimiento juega su papel y lo afrontamos como nos gusta que nos traten. Una sociedad que no respeta a los mayores es una sociedad que no se respeta a sí misma.

José María Campo Garrido Es Presidente de la Sociedad Gallega de Xerontología y Xeriatría.