Francisco Javier Pozas perdió el contacto con sus amigos cuando se mudó de La Coruña con dieciocho años

01 de septiembre de 2024 . Actualizado a las 05:00 a.m.

Francisco Javier Pozas Él tiene 83 años Vive en Vigo. Sin embargo, vivió la mayor parte de su infancia y adolescencia en A Coruña. “Cuando tenía 18 años tuve que dejar la ciudad y perdí el contacto con todos los amigos que tuve mientras crecía, y ahora decidí recuperar a algunos”, explica emocionado.

Las amistades desde la infancia y la adolescencia caracterizan nuestras vidas. Quizás porque nos acompañan en los mejores años de nuestra existencia o quizás porque nos acompañan mientras formamos nuestro cerebro y moldeamos nuestra personalidad. Sea cual sea el motivo por el que damos importancia a los amigos con los que jugamos, crecemos y maduramos, Francisco Javier nos muestra cómo quedan en nuestra memoria para siempre.

Han pasado casi 70 años de la foto que se tomaron los nueve jóvenes en los Jardines Méndez Núñez, frente a la estatua de Emilia Pardo Bazán. “En la foto tendremos 15 o 16 años”, explica. La foto que Francisco Javier conservó durante toda su vida y que se animó a publicar en La Voz de Galicia por una noble causa: «Me entusiasma la idea de que algunos de mis amigos puedan llamarme después de tantos años».«, dice Francisco Javier.

La foto fue tomada en el legendario parque de la ciudad de Año 1955Se acerca al pandillero. Explica que, «si la memoria no me falla», Roberto, Victor, Ponte, Manolo y Giulio están representados de pie y de izquierda a derecha. Los jóvenes, también agachados de izquierda a derecha, son: Herrera, Chicho, Jaime y Ho.

“Todos formábamos una pandilla callejera, eran mis amigos y todos éramos de la zona de Caballeros”, dice Francisco Javier sintiéndose nostálgico. él Quiere reunirse con su tripulación.Un grupo de amigos que se juntan para realizar cualquier actividad. “Hicíamos muchas cosas en la ciudad, caminábamos por los parques, salíamos juntos los domingos, veíamos los partidos de fútbol o de hockey de los chicos que jugábamos…”, recuerda el héroe de esta investigación.

Francisco Javier todavía recuerda el apodo que le pusieron los jóvenes con los que solía disfrutar las tardes en La Coruña: “Él Me llamaron madridAunque quizá no lo recuerden”, lamentó.

“Por qué no lo intentas, no éramos jóvenes y tengo la foto”, con estas palabras inició su búsqueda de los integrantes de la pandilla callejera Caballeros. Una idea que surgió de la nostalgia que le invadió al recordar el tiempo transcurrido desde sus aventuras.

“Reunir a mis amigos del equipo de hockey también me parecía imposible, hasta que un día me llamaron para cenar juntos en el casino de La Coruña”, cuenta. Francisco Javier jugó en las categorías inferiores del Club Hockey Santa Lucía hasta que abandonó la ciudad. Cuando se celebró el aniversario de la llegada de este deporte a la ciudad, organizaron un encuentro al que asistieron “todos, desde los mayores hasta los más jóvenes”, como decía Francisco Javier.

A los dieciocho años se despidió de la ciudad. “Él era el hermano pequeño, por eso siempre los acompañaba”, dijo, quien lo vio crecer acompañando a sus padres en un nuevo paso para su padre. Regresaba a la ciudad de vez en cuando: “Fui varias veces, aunque menos de las que me hubiera gustado y nunca me di a la tarea de encontrar a mis amigos”.

Cualquier persona que tenga información sobre este grupo de amigos puede contactar con él al correo electrónico: javierpozasperez@gmail.com