El candidato del PPdeG apunta a la debilidad de los socialistas tras el papel secundario de Besteiro en el debate y la encuesta el CIS que les deja como socio minoritario
07 feb 2024 . Actualizado a las 14:18 h.
En las 24 horas que siguieron al debate del lunes, el candidato del PPdeG, Alfonso Rueda, ha endurecido el tono contra sus oponentes. En su penúltimo mitin de ayer, en Ribadeo, Rueda dijo del BNG que son «radicais, sen dúbida», y denunció que el PSOE está dispuesto a entregarles la Xunta solo para que el PP no pueda gobernar Galicia aunque gane las elecciones. El candidato señaló que Pedro Sánchez ha decidido que los socialistas gallegos no necesitan «un bo resultado», sino que se han resignado a su papel de tercera fuerza, la minoritaria de la izquierda, y apuestan por «un goberno do independentismo», una «sucursal en Galicia» de los ejecutivos nacionalistas de Cataluña o el País Vasco.
En la cúpula de los populares esperaban que esa operación «desesperada» del PSOE se activase en la segunda semana de campaña, pero entienden que el mal arranque de la misma les ha llevado a acelerar la estrategia. ¿Cómo han llegado a esa conclusión? Hay dos elementos clave. Por un lado señalan el papel secundario que a su juicio asumió el candidato socialista, José Ramón Gómez Besteiro, en el debate a cinco del lunes. Para el PP se limitó a presentarse como muleta de Ana Pontón, e incluso evitó confrontar con ella en asuntos en los que ambos partidos tienen grandes diferencias, incluso mayores que con el PP. Es el caso de la política sobre la energía eólica. El Bloque aboga por una implantación muy limitada, mientras los socialistas defienden facilitar su expansión para ampliar la base industrial de la comunidad. Recuerdan además que Besteiro, en varias entrevistas, ha afirmado que nunca será vicepresidente de Pontón, mientras que en el debate evitó esa cuestión.
El propio Rueda ha dejado entrever que sus oponentes trazaron una estrategia conjunta para el debate. Hoy miércoles, en un desayuno informativo en Lugo, lo describió como un «ataque de catro contra un» con el fin de presentar una «Galicia negra». Subrayó así el mensaje que ya lanzó el día antes en Ribadeo contra una oposición que «fala mal do que tamén é deles, do que terían que defender e querer». Esa «Galicia negra» que pintan sus rivales «non axuda a ninguén».
El candidato del PPdeG ha insistido en que está dispuesto a ir a otro debate, cara a cara, con el representante que sus cuatro rivales designen. Ese encuentro sería consensuado, como el del lunes en TVG. No ocurre lo mismo con el convocado por TVE para el día 15, en una fecha impuesta por el ente estatal que no fue consultada con los populares.
El otro indicio que maneja el PPdeG para dar por hecha la resignación del PSOE al papel de fuerza minoritaria de la izquierda es la encuesta publicada el lunes por el CIS. Los populares no dan ningún crédito al estudio. La número dos del PPdeG, Paula Prado, ha denunciado una permanente desviación de las encuestas del instituto público para perjudicar al PP ya desde las elecciones municipales. Para los populares, la entidad estatal presidida por José Félix Tezanos, doctor en sociología que se afilió al PSOE en 1973, elabora sus sondeos para reforzar las estrategias que se diseñan en Ferraz. La citada encuesta sitúa al PSdeG como tercera fuerza, pero dispara las expectativas del BNG, que el sondeo pone al borde de la presidencia. Se trataría de impulsar a los nacionalistas, incluso a costa del futuro de los socialistas gallegos.
Rueda también ha señalado al CIS como un ente al servicio de los intereses de Sánchez. Pero en sus últimos mítines se ha centrado sobre todo en las consecuencias que tendría la entrada del BNG en la Xunta, un partido que, denunció en Ribadeo, lleva en su programa la independencia de Galicia, que el Tribunal Constitucional «non valga para nada» en la comunidad, o la imposición del monolingüismo en gallego en la escuela. «O galego é o noso orgullo o nosos sinal de identidade, pero ninguén nos vai dicir en que temos que falar. Empézase por aí e acábase dicindo que temos que pensar».