El viudo de la víctima y la mujer del procesado reconocen que mantuvieron una relación a través de mensajes telefónicos
13 nov 2023 . Actualizado a las 17:54 h.
Varios vecinos que declararon como testigos en el juicio por el asesinato de Cristina Núñez en el municipio de Oza-Cesuras aseguraron este lunes que en el momento de los hechos solo vieron a un individuo de «complexión gruesa, con ropa oscura y un chaleco amarillo» en la finca de la víctima. «Vi a una persona —la fallecida— y un hombre corriendo detrás de ella», explicó una vecina en el juicio que se celebra, con tribunal de jurado, en la Audiencia Provincial de A Coruña y en relación a unos hechos ocurridos en enero de 2021 en el domicilio de la víctima, según recoge Europa Press.
Cuestionada por si había alguien más en las inmediaciones en ese momento, la testigo ha insistido en que «no». «Me pongo a gritar porque pensaba que estaba robando y me respondió ella, yo no la podía ver pero gritó «ayuda» una vez y fuerte», ha añadido tras especificar que a continuación escuchó «un golpe seco fuerte». A posteriori, según su relato, el hombre «salió arrastrándose» de la finca.
«Estaba herido y se quedó tirado en el campo fuera de la vivienda, detrás», señaló. En la misma línea, otro vecino de la zona declaró que oyó «gritos de ayuda de una mujer» y se dirigió hacia la vivienda de la víctima donde se encontró con «un señor con un chaleco fluorescente por dentro de la valla que estaba intentando trepar por la alambrada» y finalmente consiguió huir «por un camino que no tiene salida». Otra testigo presencial, en su intervención, cuestionada por si reconocía en el acusado al individuo que vio dentro de la finca ha ratificado que era él.
Relación entre el viudo y la mujer del acusado
Entre otros testigos, en esta jornada del proceso también ha comparecido el viudo de la víctima y la mujer del acusado, antiguos compañeros de trabajo, quienes han reconocido haber mantenido entre ellos una relación «íntima» a través de whatsapp en la que se contaban sus «problemas» conyugales y a la que pusieron fin cuando se enteraron sus respectivas parejas. No obstante, desencadenó en problemas laborales. En su declaración, el marido de la fallecida indicó que «en una ocasión» el procesado le dijo que «no tenía edad para ir rompiendo bocas». «Si la quería que me quedara con ella y cuidara de sus hijos», apuntó.
En sesiones anteriores, agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación del crimen ratificaron ratificado que no existe «ningún indicio» que implique a otro individuo, además del acusado, en los hechos y descartaron que se tratase de un delito contra la propiedad ya que «desde el primer momento, no parecía un robo habitual, algo raro había». Relataron, además, que durante la inspección ocular de la zona se encontró «semienterrada» una bolsa plástica con un arma de fuego «que se certifica con posterioridad que es la utilizada en la muerte» de la víctima. Entre otras cosas, contenía también un chaleco reflectante de trabajo «que coincide con el que describen los cuatro testigos» que llevaba vestido «la única persona que ven en el lugar de los hechos» y cuyo análisis, añadió, da «positivo en residuos de disparo y en ADN del acusado».
El acusado dice que fue a robar
En la primera sesión del juicio, el acusado se declaró inocente del crimen, pero culpable «de haber ido a robar a esa casa». Lo hizo antes de que interviniese el primero de los guardias civiles que prestó declaración y que confirmó que se encontró una huella en el pijama de la víctima que no correspondía al procesado, pero que no se pudo confirmar a qué calzado correspondía.
Antes, la fiscal, que pide una pena de 25 años de prisión por un delito de asesinato y tres años de cárcel por tenencia ilícita de armas, sostuvo que la muerte de la mujer en su vivienda fue «un crimen motivado por un fuerte ánimo de venganza por motivos laborales, cuyo germen es una relación personal entre la mujer del acusado y el marido de la víctima». También calificó de «cacería» la persecución que, según explicó, hubo por parte del acusado en la propia vivienda cuando la mujer trataba de huir.
Además, descartó el robo. «No se llevó ni un tenedor», expuso. Por su parte, la acusación particular, que pide prisión permanente revisable por el asesinato, además de penas de prisión por tenencia ilícita de armas y allanamiento, descartó que el hombre accediese al lugar, junto con otro hombre, como sostiene la defensa, que pide de dos a cinco años por tentativa de robo con violencia en casa habitada. Y es que la abogada de la familia de la víctima sostiene que el acusado «actuó solo, con un plan preconcebido y asegurando de manera certera la muerte de la víctima».