El capitán confirma que las coordenadas de descarga las proporcionó uno de los gallegos que se encontraban a bordo; Otro barco apunta a un tercer hombre

23 de abril de 2024 . Actualizado a las 05:00 a.m.

El capitán del barco MV Karar, la embarcación que fue incautada en abril de 2020 con 3.824 kilogramos de cocaína, admitió ayer en el juicio de ese alijo que sabía que iba a transportar droga antes de salir de Panamá, el 6 de marzo de 2020. El gallego que se encontraba en la embarcación le dio las coordenadas necesarias para entregar la cocaína a unas 350 millas náuticas de Vigo. El capitán Alim U, que se enfrenta a 13 años y medio de prisión, fue el encargado de abrir los interrogatorios en el juicio que aún continúa en la gran sala de audiencias de la Cidade da Xustiza de Vigo. A través de un traductor, explicó que partió con la tripulación de Nepal y Bangladesh, a la que luego se unió Galecki, José Manuel PG, en Puerto Colón (Panamá).

Alim añadió que las coordenadas de descarga en alta mar las proporcionó este gallego de O Morazo; Pero otro tripulante anunció, también ayer, que las coordenadas fueron proporcionadas por un bangladesí con permiso de residencia en Panamá, donde navegaba este remolcador. Explicó que la droga fue cargada en el barco a 100 kilómetros de Colombia mediante una grúa el 5 de abril, mientras él se encontraba en su camarote. Según explicó, el gallego a bordo se encargó de contar 154 fardos, dos menos de los registrados oficialmente en el censo de investigadores en España.

Según los imputados, estaban en contacto con el exterior a través de un teléfono satelital, y recibieron órdenes de una persona residente en Panamá que no abordó el avión y que se comunicó con un tripulante, Kieran T. Fue él quien dio instrucciones al capitán. También señaló que José Manuel PG es quien conoce el lugar donde entregará la mercancía, y así consta en la carta de navegación en el puente del barco.

El tercer hombre

La sesión de ayer dio tiempo para otras cinco declaraciones. Todos admitieron haber cometido los crímenes -aunque algunos expresaron inconsistencias- y contaron su versión de los hechos con un intérprete. En algunas declaraciones surgió la figura de la persona que no estaba procesada y que sería la encargada de gestionar la conspiración, más que su persona final. Un hombre de Bangladesh reside desde hace años en Colombia y tiene un permiso de residencia en Panamá, de donde partió el barco. Este hombre, apodado Lama, según otro testigo, se encargaba de facilitar el ingreso con coordenadas y teléfono satélite para coordinar el encuentro entre la nave nodriza y las embarcaciones que saldrían a buscar el escondite. Ese testigo también afirmó que consideraba improbable que los dos paquetes desaparecidos, junto con 60 kilogramos de cocaína, hubieran sido robados del barco. Explicó que estaba almacenado en una parte del barco cuya puerta se cerraba con tornillos, y a cada tornillo se le adjuntó una brida.

Por otra parte, el presidente del Tribunal admitió las pruebas documentales presentadas por el fiscal el pasado viernes, a saber, fotografías de uno de los barcos registrados y del barco con cocaína a bordo que ya estaba en el puerto, a pesar de la oposición de la defensa de Al Raisi. El imputado Juan Carlos Santorum y los demás imputados. El abogado consideró que se trataba de una prueba improvisada -presentada 4 años después de su registro- que carecía de seguridad jurídica y trazabilidad del contenido, y se trataba de un documento digital, además, no se pudo identificar a ninguna de las personas que aparecían en él. .