Las bajas temperaturas aumentan los accidentes relacionados con incendios o intoxicaciones por monóxido, por lo que conviene prestar atención a algunos consejos y precauciones
02 de febrero de 2023 . Actualizado a las 13:21
Los termómetros van subiendo, pero los últimos días lo han dejado muy frío, y estos días las temperaturas seguirán siendo las mismas que en invierno. Por ello, los gallegos buscan sentirse cómodos en casa, y se extiende el uso de aparatos de calefacción, y con ello los accidentes, y para evitarlos, hay una serie de consejos y precauciones que no conviene olvidar:
ventilación
Algunos sistemas de calor funcionan por combustión, es decir, con llama. Este es el caso de las estufas de carbón, las estufas de leña o las estufas de gas. Parece haber un enemigo silencioso: el monóxido de carbono, que puede acumularse y eventualmente provocar la muerte. Por eso, por mucho frío que haga, la ventilación es clave para prevenir intoxicaciones. Siempre puedes mantener abierto un pequeño agujero en la ventana, o abrirlo por un tiempo de vez en cuando. Pero nada de montar un escondite en la casa y cerrar herméticamente las puertas y ventanas durante horas, con la calefacción encendida.
O el uso de fuentes de calor no domésticas (sobre todo si son de leña 🪵 o de gas) deben estar ventiladas.
Este es un aspecto clave en la prevención del envenenamiento por monóxido de carbono. pic.twitter.com/6ezIhFu0bV
– 112 Galicia (@112 Galicia) 1 de febrero de 2023
Si es posible, se recomienda elegir dispositivos que cuenten con detectores y sistemas de seguridad, que los desconecten automáticamente cuando haya demasiado monóxido acumulado.
Tenga cuidado donde se colocan los dispositivos
Las estufas y calentadores no se pueden colocar en ningún lado. Sea del tipo que sea, no deben colocarse cerca de sofás, cortinas u otros elementos inflamables. Además, sin muebles cercanos, funcionan mejor y calientan mejor las habitaciones. Si son aparatos con llamas, también conviene que no estén en zonas con corrientes de aire, para reducir el riesgo de incendio.
La ropa no se seca en los radiadores.
No es raro ver calcetines secándose en un radiador o pijamas calientes en la estufa, pero no es una buena idea. Aviso de «sin cobertura» (No séY no lo cubras) Incluido en muchos sistemas de calefacción no es un capricho. Si lo hace, puede provocar un incendio (esto es más evidente en el caso de las estufas de llama, pero también es posible en los radiadores eléctricos o de gas). Obviamente, el riesgo se duplica si no estamos en casa mientras lo hacemos.
Colocar calcetines 🧦 para que se sequen encima de un radiador encendido puede sonar como una buena solución…
…¡pero no! 🙄🔥🚒 pic.twitter.com/AK0V5vyKtc
– 112 Galicia (@112 Galicia) 1 de febrero de 2023
¿Estás fuera de tus suministros de secado de invierno favoritos? Para que no te lastimes demasiado, aquí tienes un consejo: cuando el agua se evapora con el calor de la calefacción en una habitación cerrada, la humedad se acumula y la prenda tarda más en secarse. Además, esta humedad puede contribuir al crecimiento de moho.
Todo se apaga cuando sales de casa o te vas a dormir
Si utilizamos sistemas de calefacción como estufas, estufas de leña o gas, radiadores eléctricos portátiles o pequeños calefactores portátiles, debemos dejarlo todo apagado cuando nos vayamos a la cama o salgamos de casa. Encenderlo sin vigilancia puede acabar en susto en forma de fuego o acumulación de gases tóxicos, que no notaríamos si estuviéramos dormidos.
¡Y ojo con las mantas eléctricas! No debe usarse en la cama durante la noche. Ya ha provocado más de un incendio con resultado de muerte cuando el usuario se quedaba dormido. Puede sobrecalentarse y provocar cortocircuitos e incendios.
Cuidado con los enchufes
En el caso de calentadores eléctricos, se debe tener cuidado donde se conectan. No es una buena idea enchufarlos en tomas de corriente donde ya hay otras cosas enchufadas. Acumular, con ladrones y alargadores, muchos electrodomésticos en un mismo enchufe es peligroso: favorece el sobrecalentamiento, que puede provocar un cortocircuito y/o un incendio.
Obviamente, también hay que asegurarse de que los cables estén en buen estado (sin roturas ni deshilachados) y también tener cuidado en zonas húmedas, por si se pueden producir chispas.
Un buen mantenimiento es clave
Por supuesto, todos los elementos que utilizamos deben estar en buenas condiciones. Se deben revisar periódicamente la calefacción y las calderas, así como las salidas de humos, que podrían estar taponando e impidiendo que los humos escapen correctamente. Si tenemos alguna duda sobre el correcto funcionamiento de nuestro equipo, siempre debemos contactar con un técnico. Por ejemplo, si la llama de una estufa de gas se vuelve amarilla, en lugar de azul, quema mal y produce más monóxido de carbono, y debe ser revisada por un experto.