Alumnos del CEIP de Toques, que ha pasado de 26 a 62 alumnos en los últimos tres años Santi M. tiendo

Los centros pequeños suman familias que buscan una metodología de enseñanza diferente

5 de mayo de 2024 . Actualizado a las 05:00 a.m.

Una escuela rural enamora, defiende Teresa Santamara, profesora del CRA de Monterrey (Colegio Rural Agrupado) desde 1986. Su centro es uno de los cuarenta de Galicia que demostraron sus buenas prácticas en el Congreso Nacional de Escuelas Rurales en Ribadavia. Su pasión es un ejemplo de que lo imprescindible en estas escuelas es un profesor concienzudo. Para que las familias pobres se queden y vean nuevos niños, deben tener un buen proyecto porque están buscando una educación alternativa, explica Tania Iglesias, del CEIP en Tok.

Con dinámicas de aprendizaje más prácticas y que aprovechan el entornoEste colegio de la provincia de A Coruña ha conseguido pasar de 26 alumnos a 62 alumnos en los últimos tres años, y el año que viene serán 70 alumnos. El secreto: una metodología más manipuladora. Un pequeño grupo de sus alumnos en Ribadavia presumía de tener un escenario hecho con cartones de leche: Lo mejor es hacer esto aplicando conceptos matemáticos.. En esta escuela, literalmente, dan forma a los contenidos del plan de estudios con sus propias manos. Este tipo de aprendizaje es parte de un proyecto que vienen implementando en los últimos años. Se basa en la economía circular, un concepto – explica el profesor – que sería casi imposible de entender para los niños si no lo pusieran en práctica. El Colegio Toques tiene su propio banco y numismática Tu tocas. Los niños hacen girar diferentes materiales reciclados para crear juegos. Una vez que lo fabrican ellos mismos, lo alquilan.

A partir de este proyecto, temas y pequeños Son capaces de explicar conceptos muy abstractos por sí solos.. El cambio de metodología ha sido un éxito y el centro ha duplicado su población estudiantil, reteniendo a niños que anteriormente habían ido a otras sedes. Natalia Iglesias plantea que este es un gran cambio para los docentes porque requiere más organización y más horas de trabajo. Pero es muy reconfortante ver que están aprendiendo y que este tipo de metodología está funcionando. La educación va más allá de los libros. De hecho, muchas escuelas rurales no los utilizan.

Los centros que presentaron sus proyectos coincidieron en que estos nuevos métodos se aplican siempre teniendo en cuenta el medio ambiente. La escuela no salva a un pueblo, defendió en la jornada la investigadora Pilar Aleps. Las escuelas y las zonas rurales comparten las mismas necesidades, por eso los docentes trabajan con el patrimonio natural que los rodea y crean identidad. Así, se están haciendo realidad iniciativas pioneras como el Club de Ciencias del CRA de Monterrey, uno de los pocos clubes infantiles de Galicia. La escuela incluso tiene su propio libro de experimentos.Elaborado por estudiantes y profesores.

El centro mantiene aulas en tres pueblos aprovechando el entorno para una enseñanza innovadora, explica la profesora Teresa Santamara. Vemos árboles de hoja perenne en los pueblos, extraemos bulburita de los huevos o hacemos pan no en el horno del pueblo, sino también con herramientas como los microscopios dikitai., cuenta. El menor número de estudiantes proporciona una atención más personalizada. En Galicia, la ratio de alumnos por profesor en las escuelas rurales es de 7,53. En zonas urbanas 9,72. Por supuesto, los siete en el área rural podrían ser de diferentes grados. En Monterrey no olvidan las dificultades que tienen que combatir: No contamos con servicios de transporte ni de comedor, lo que sólo afecta a un pequeño número de familias..

Unión entre consejos

Entre las posiciones había una posición común: las escuelas de Samos y Triakastella. Era el más pequeño de los núcleos y Tricastella era el municipio con menor población. Están en la frontera y sus responsables deciden trabajar juntos. Era necesario crear una comunidad y brindar servicios. Realizan viajes o actividades conjuntas para que padres e hijos puedan conocerse. En algunos pueblos son los únicos hijos. Como Noelia estaba en Samos y Alejandro en Triakastella como directores, aumentó la matrícula de familias que se fueron a Saria, la capital de la región, e incluso de Saria que ahora preferían la educación rural. Era necesario obtener servicios como Casa Niño, transporte o actividades extracurriculares.

La opción preferida entre los extranjeros y con la expansión de la tecnología.

Las escuelas rurales son las más diversas e inclusivas porque a ellas asisten todos los niños de la ciudad. Cualesquiera que sean sus necesidades o cultura. Es la única opción para los residentes municipales, pero cada vez más es la opción elegida por los recién llegados. Entre los niños que participaron en las jornadas de Ribadavia se encontraban niños de Galicia, Sudamérica, Asia o Europa. Por ejemplo, en la escuela Manna, además de las escuelas locales, hay dos familias alemanas y una holandesa. En la próxima sesión también se sumarán dos más de Alemania.

Hay mucha gente de Europa que busca casas para reformar, y quizás puedan estudiar en Orteguera, prefieren educación alternativa en un lugar más pequeño.«, explica la docente. Con 43 alumnos, la escuela mantiene la matrícula. Trabajan con el mar dentro del aula porque es lo que define el lugar al que pertenecen y lo refuerzan desplegando medios tecnológicos. En estas escuelas los niños pueden involucrarse más en la tecnología porque al menos afecta mis recursos para cada escuela.Defiende al maestro.

Otros centros como Loro School, en Corowa, Se suman a defender que los centros rurales no son educación de segunda. Tienen todas las herramientas para ser la mejor opción. Así lo demuestra el proyecto Petrotxtiles, en el que los alumnos estudian programación mientras asisten a clases de costura con varios vecinos de la ciudad. Crearon disfraces con petroglifos de la región utilizando STEM para capacitar a sus 40 alumnos. Todos los niños de la parroquia vienen a esta escuela y no van a otra escuela más grande.dice uno de los profesores.