Alberto Serrano justific que no haba mencionado antes a la otra persona por miedo a que le hiciera algo a sus familiares

16 nov 2023 . Actualizado a las 15:36 h.

Alberto Serrano, el nico acusado por el supuesto asesinato de Cristina Nez el 15 de enero del 2021 en Oza-Cesuras, declar este jueves en el juicio que celebra contra l la seccin primera de la Audiencia Provincial de A Corua. Habl firme, sin titubeos, e incluso present una actitud chulesca. Es que no me deja acabar, propin a la fiscala, entre otros reproches. Culp del crimen a un viejo amigo llamado Paolo, al que ya se haba mencionado en el primer da de la vista oral, celebrada con Tribunal del Jurado.

El hombre de 52 aos relat que el da del crimen fue a un narcopiso de Meicende donde sola comprar estupefacientes, ya que, segn dijo, se drogaba habitualmente. Yo consuma ms de mi sudo en droga, asegur el camionero. Narr que mientras estaba en el inmueble lleg su amigo Paolo, que era, al parecer, otro habitual comprador. Ambos hablaron de ir a robar, una actividad delictiva que Alberto practicaba con frecuencia, aunque normalmente lo haca en naves, gasolineras o en comercios mediante tcnicas de alunizaje. Nunca lo haba hecho en una casa, pero ese da decidi hacerlo para ganar dinero ms fcil. El acusado admiti que fue l quien decidi ir a la vivienda de Cristina Nez y su marido en Porzomillos, ya que conoca al varn de la casa porque trabajaba con su mujer. Y saba que no haba nadie en casa, apunt.

Entonces, segn su relato, cuando los dos estaban llegando a su destinovierona una mujer. Era Cristina, pero dijo que no la reconoci a pesar de que ella —como apunt la acusacin particular— tena rasgos muy singulares, ya que meda casi un metro ochenta y era pelirroja. Les pregunt si buscaban algo.Me qued parado pero Paolo empez a correr hacia ella, asegur el encausado, que aadi que en ese momento la mujer se meti en la casa a toda prisa. Y a l le sali seguirla—as lo dijo— por si ella avisaba a la polica.Haba una ventana al lado de la puerta.Al llegar cog una piedra o una baldosa rota y llam a la ventana, se rompi, met la mano y abr la puerta, cont.

A partir de ah, narr una persecucin de pelcula. Ella subi las escaleras y la segu. Escuch que se cerraba una puerta y al llegar al piso de arriba abr la puerta que esaba cerrada. Era un cuarto de bao y estaba la ventana abierta, indic. Entonces sal por la ventana y fui al tejado. En ese momento, escuch frente a m un grito de «Ayuda!» y ella empez a correr hasta la zona ms baja del tejado, remarc, antes de contar cmo se hizo dao en la pierna y en las manos mientras se acerc hasta la esquina del tejado a cuatro patas —tena mltiples lesiones—.Llegu al borde del tejado y vi a Cristina en el suelo tirada boca abajo pero antes escuch un petardazo, relat Alberto, quien asegur que en ese momento no asoci el ruido con un disparo, pues lo defini como un golpe seco y pens que haba sido una cada de tejas.





Los forenses confirman la presencia de ADN del acusado del crimen de Oza-Cesuras en la pistola homicida

LA VOZ



Continu su declaracin narrando que l en ese momento estaba preocupado por su propio estado de salud porque se encontraba mal y pesaba cien kilos. Cuando sal de la finca me ca, mir para abajo y vi a los vecinos. Les ped ayuda, les dije que llamasen a una ambulanciay no me hicieron caso, destac.Luego escuch un silbido. Me gir y eraPaolo. Me arrastr entre los matorrales a una zona de zarzas. Me pidi que me sacara el chaleco y me dijo «toma, aguanta» y me dio el arma y la cog. Fue la primera vez que vi la pistola, asegur. Segn su relato, se cambiaron la ropa —lo que dara una explicacin al hecho de que el arma tenga su ADN y haya fibras de la ropa en la vctima— y Paolo meti el chaleco, la pistola y ms cosas en una bolsa azul.Me dijo espera aqu y cuando pase la movida esta vuelvo a por ti y se fue. Me qued en shock, sostuvo el procesado. Lo siguiente que pas, segn su declaracin, fue que se qued tumbado y lleg la Guardia Civil. Escuch «mataste a la chica», seal.

A las preguntas de los letrados, Serrano respondi que cuando lo detuvieron no identific a Paolo —al que tambin llam El Portu— por miedo a que este hombre le hiciera algo a su familia. l estaba fuer ay yo preso, argument el acusado y nico detenido por el crimen, que neg haberle propinado amenazas al marido de Cristina, pero reconoci que haba dejado a su pareja porque lo haba pillado chateando con l.

Los forenses vieron plvora en el chaleco

Durante la sesin de este jueves tambindeclararonvarios peritos, quematizaron que la huella encontrada en el cadver —cuyo origen no fue identificado— no corresponde con una pisada, sino con una marca de alguna otra cuestin. Tambin han detallado que haba restos de plvora en el arma y el chaleco reflectante, pero no en las manos —lo que vinculan con un lavado en el hospital cuando recibi atencin mdica— ni la ropa —incluida la sudadera que supuestamente portaba el autor y que luego le pas al acusado—.

La Fiscala pide para Alberto Serrano 28 aos de prisin por asesinato y tenencia ilcita de armas, la acusacin particular solicita prisin permanente revisable y la defensa reclama una condena por el robo en grado de tentativa, de hastatres aos.