Comienza la inhumacin de varios represaliados durante la Guerra Civil
19 sep 2023 . Actualizado a las 20:05 h.
A botaban flores por Difuntos. Dican que eran para os da guerra. Lucinda, que vive junto al cementerio de Brtoa, en Carballo, se asom ayer al camposanto para comprobar que los huesos de sus abuelos seguan en la tierra. No entenda como, despois de tantos anos, haba familias que queran recuperan a sus antepasados. Pero no se movi de detrs de las vallas hasta que no tuvo la certeza de que la tumba familiar iba a permanecer intacta. Como ella, durante toda la maana hubo un goteo de vecinos con similares intenciones.
En torno a las 9 de la maana de ayer comenzaron las labores de la Asociacin pola Recuperacin da Memoria Histrica para hallar los restos de Juan Boedo Pardo, de 28 aos; Andrs Pinilla Fraga, de 52, su hijo Pedro Pinilla Calvete, de 21, y Francisco Miguel Fernndez Daz, de 38. Los cuatro vivan o eran de A Corua, y aparecieron muertos en una cuneta de Queo de Arriba, en Brtoa, el 29 de septiembre de 1936. El cura Narciso Coello, con la necesaria ayuda de vecinos, decidi enterrarlos en el cementerio.
El lugar en el que se produjo aquella inhumacin no est muy claro. El relato oral de una mujer, que era una nia de 7 aos cuando ocurri todo, y otra documentacin ha sido fundamental para localizar el lugar aproximado, de unos 18 metros cuadrados. Tanta extensin alarm un poco a los vecinos, muchos de los cuales haban firmado para que se denegara el permiso.
Durante toda la maana los promotores de la inhumacin trabajaron con una pala excavadora que enseguida hizo un hueco considerable, de metro y medio de profundidad, y de all salieron todo tipo de cosas: huesos sueltos, restos de cruces, lpidas e incluso un tosco bote de cristal que un da debi contener flores.
De vez en cuando, la excavacin se paraba, precisamente cuando sala a la luz algn objeto entre un revoltillo de tierra oscura y piedras. El coordinador de los trabajos explic que la zona ya haba sido removida en varias ocasiones. Parece lgico porque los nichos que la rodean son de 1948. Por la tarde ya empezaron a trabajar con paleta y pincel y ya haba un montn de huesos, cuya identidad estaba sin determinar. No sabemos si son los nuestros, dijeron.
Lo que esperan encontrar son cuatro cuerpos juntos, probablemente con restos de madera de sus cajas y con orificios de bala, explicaron el coordinador y la presidenta de la asociacin. As tranquilizaron a los vecinos que teman que confundieran los represaliados con sus parientes y que reclamaban ciertas garantas en el proceso.
Garca Rodeja explic que haban contactado con las familias de los cuatro paseados, la ltima de ellas apenas unos das antes. El sobrino de Juan Boedo fue el nico pariente que estuvo presente por la maana, junto a su esposa. Ambos agradecieron la atencin prestada por la Asociacin de la Memoria Histrica, que fue la que se puso en contacto con ellos.
Qued claro que el prroco no estaba demasiado conforme con que le levantaran el cementerio, segn les dijo a los feligreses en un misa reciente, pero el permiso lleg del Arzobispado. De hecho, el cura se pas por la tarde y no se le vio muy contento, segn explicaron varios vecinos. Tambin acudi el alcalde de Carballo.