Sarah ha participado en muchos programas de movilidad internacional.

Sarah Vespalia, de Santiago, ahora vive en Bruselas, donde se formó después de ser voluntaria. Estudiar en el extranjero es aprender en todos los sentidos de la palabra

03 de mayo de 2023 . Actualizado a las 05:00 AM.

Alemania, Portugal, Polonia, Francia y Bélgica. Esos son los carriles Sara Vespalia (Santiago, 1998) Vivió los últimos siete años. ¿Cómo lo hiciste? Estudiando, realizando formaciones o como voluntario a través de diversas ayudas públicas, tanto autonómicas como internacionales.

En 2016, Sarah comenzó sus estudios de derecho en la Universidad de Dubai. Universidad de Accorua Al año siguiente, comenzó su aventura alrededor del mundo. En el verano de 2017 viajé sola por primera vez con una beca y desde entonces no he parado: hasta entonces solo había salido de Galicia con mi familia y algunos viajes escolares, recuerda. se fue por dos semanas Berlina con el programa juventud en el mundo De la Exunta: Es un programa de intercambio cultural muy bueno, pero creo que por la pandemia ya no es lo mismo. Es una ayuda extraordinaria: tengo amigos que han ido a Japón con ella y uno de ellos incluso le ayudó a idear su tesis doctoral, así que creo que es importante retomarla como es debido, recuerda. Es un programa que, a esa edad, abre mucho la mente y puede inspirar mucho a los jóvenes gallegos, dice.

El verano siguiente tampoco se quedó en casa. a través de Ayuda de la Xunta para aprender idiomas en la Unión Europea Pasó casi un mes estudiando el curso de lengua portuguesa en Lisboa: Fue una gran oportunidad porque tengo nivel B1 de portugués y los idiomas ayudan mucho con el plan de estudios, explica. Cuando lo pedí me dieron mil euros. Eso sí, tienes que gestionar tus gastos, en mi caso el curso fue intensivo y me costó unos 500€. El alojamiento me costó unos 200 euros. Aunque esta vez tuvo que gastar un poco de dinero de su propio bolsillo, pensó que habría gastado más en casa. De todas las ayudas que recibió, estas son las mejores que tiene de memoria y Más recomendado, pero también cree que hay ciertos aspectos que se pueden mejorar: tenía que dar dinero y luego me lo devolvían. Esto puede ser un problema para las personas que no tienen dinero para viajar al extranjero para estudiar.


A estas alturas, no cabe duda de que Sarah no podía dejar de participar en el programa que lleva treinta años llevando a los estudiantes gallegos por el mundo: en 2019 dejó erasmus. Cursó el segundo trimestre del tercer año de la licenciatura en Polonia. A pesar de que, en ese momento, ya tenía experiencia de movilidad internacional, admite que esta experiencia fue un reto para ella: era la primera vez que tenía que estudiar en inglés y lo que estaba aprendiendo estaba directamente relacionado con sus estudios. , ella recuerda. Fueron precisamente sus ganas de viajar las que determinaron la elección del destino: Polonia es un país centroeuropeo, lo que me permitió moverme por la Unión Europea de forma fácil y económica y pude visitar otros lugares.




Una guía para estudiar becas en el extranjero.

Sara Pérez



Como a muchos otros, la pandemia la obligó a tomar un respiro en su camino y no fue hasta el año pasado que se embarcó en otro programa. En julio de 2022 fui a Campamento de Voluntariado Xunta de Galiciaal norte de FranciaDonde realizó actividades ambientales. En ese programa me cubrían el alojamiento, la manutención y todos los gastos relacionados con las actividades que hacíamos, explica.


Apenas dos meses después, lo volvió a hacer y se embarcó en un nuevo voluntariado, aunque en otro país y con un programa diferente: fue a Bélgica a través de la iniciativaCuerpo Europeo de Solidaridadpara realizar actividades educativas. En este caso, ya cubrieron el transporte para llegar, el alojamiento y la manutención. En mi caso también me dieron dinero mensual para mis gastos, pero las condiciones dependen mucho del voluntariado que hagas.

En Bélgica continúa a día de hoy y espera seguir allí durante los próximos meses, en Bruselas, donde hace prácticas con Programa Integral de Rehabilitación y Empleo (PICE) Cámara de Comercio de España.


Sara Vespalia también ha solicitado algunas becas para estudiar a nivel nacional. De estos, el programa Inmersión lingüística para el Ministerio de EducaciónSe trata de una beca para realizar un curso de inmersión en inglés de una semana en una de las ciudades españolas que lo ofrecen. Fui a Valencia y me sorprendió lo mucho que había mejorado el idioma en solo cinco días, explica.

Él es Aprendiendo en todos los sentidos: académico y enérgico. En primer lugar, aprendes idiomas, lo que de por sí ya es algo que te ayuda en cualquier ámbito. Además, estás descubriendo, viendo el mundo y abriendo tu mente. Somos jóvenes y es momento de vivir y enriquecernos con formación y experiencia, explicó.


Siempre es difícil ir a otro país y estar lejos de casa, pero termino cada experiencia pensando en lo que sigue, dice. También es cierto, agrega, que las personas que participan en este tipo de programas tienden a tener una mente muy abierta. Aunque nunca ha tenido una experiencia lo suficientemente mala como para desanimarla, tiene claro lo peor de solicitar este tipo de ayuda, que es común a todos ellos: Es tan importante. No se desanime por el proceso administrativoporque a veces puede ser muy estresante.

A pesar de haber obtenido todas estas becas, Sarah insiste en que no existe una fórmula mágica para conseguir una de estas becas: a veces se trata de conseguir una serie de beneficios, otras de adecuar tu perfil a lo que buscan y en definitiva hace falta un poco Es suerte, como lo es en todo en la vida, dice. Y es importante que nosotros, los jóvenes, seamos los que difundamos estos programas. En definitiva, añade, ver las experiencias de otras personas da confianza y anima a otros estudiantes a solicitar estas becas.


Extrañaba muchas cosas de su tierra: los pimientos del padrón, la tortilla betanzos, mi familia, mi perro,…, dice. No me siento como en casa en ningún lado -concluye- pero todo depende de las oportunidades que tenga. Hasta que termine estas prácticas seguiré en Bruselas, me gustaría volver a Galicia, pero si aparece una buena opción aquí, seguiré.




Diáspora gallega en el exterior: sigo esperando el día en que pueda volver a mi tierra para cerrar el círculo

manuel varela