Cortabitarte llega esta mañana a juicio Zwan A. Soler
La defensa del Director Ferroviario sostiene que en Angua se cumplieron las normas y que el accidente fue impredecible ya que se debió a una «negligencia extraordinariamente prolongada» del conductor.
20 de julio de 2023 . Actualizado a las 12:40 p.m.
En la fase final del juicio Alfia, cada parte está obligada a informar de sus conclusiones finales, y este jueves es el turno de ADIF y Renfe. La intervención del procurador del Estado en representación de la administración ferroviaria duró más de dos horas, pero estuvo libre de sorpresas. Para él, la normativa se cumplió y el accidente fue del todo inesperado ya que fue provocado única y exclusivamente por ‘Extraordinariamente larga negligencia’ maquinista, Francisco Garzón Amorimputado junto al exdirector de seguridad en el tráfico de la entidad que gestiona los ferrocarriles en España, Andrés Kortapetarta quien el Ministerio Público retiró la acusación en la parte final del proceso judicial que se prolongó durante más de nueve meses en el juzgado habilitado para la ocasión en la Cidade da Cultura de Santiago.
El abogado pidió que los hechos del 23 de julio de 2013 sean juzgados con los ojos del 23 de julio de 2013 y no con los ojos del 25 de julio, un día después del descarrilamiento del tren Alfia en Angoa en el que murieron 80 personas y 145 resultaron heridas. Y aunque lo defendió ADIF cumplió con las normas de seguridad, llamó la atención sobre lo explicable que es esta cuestión, en referencia a las palabras del fiscal de la causa, que calificó de «disparate» el ordenamiento jurídico de la seguridad ferroviaria, o el ordenamiento jurídico de la propia audiencia regional, que en su momento habló de una «compleja serie de normas». Por eso, se preguntó si a alguien se le podría imputar una responsabilidad penal como la que pidió Andrés Cortabitarte para entender que no aplica el Reglamento de Seguridad 352.
ADIF llegó al final del juicio sin moverse un ápice de su posición inicial y confirmó que solo hubo un responsable de la tragedia de Angrois: el conductor Francisco Garzón Amo. La defensa del director ferroviario aseveró que el control de velocidad le correspondía y que era imposible que ningún sistema de seguridad creyera que «un maquinista descuidaría todo lo que tenía a su alcance» cuando al atender una llamada telefónica que no era urgente y mirar fuera de la vía durante cien segundos le vio pasar por la Curva Grandera a 192 kilómetros por hora cuando estaba limitado a 80.
Por eso, insistió en su última intervención en el juicio en que la tragedia fue «imprevista» y se preguntó: «¿Se puede responsabilizar penalmente a alguien por no ser un visionario?». Reiteró que no «aplicó lo que era de dudosa aplicación y que nadie entendió o dudosamente entendió».
Para ADIF, la curva de A Grandeira era segura y no un punto único de la red ferroviaria porque existen decenas de similares en otros puntos de España. En cuanto a las medidas de seguridad, afirma que fueron diseñadas para vigilar 30 o 40 segundos, no cien, lo que cree que es una «temeridad» y no una simple mordaza. A su juicio, el conductor debería haber contestado la llamada telefónica, pero tuvo que colgar tras comprobar que no se trataba de un asunto urgente.
El abogado de ADIF confirmó en su última intervención que ni la empresa estatal ni Andrés Cortapetart provocaron el accidente, y explicó que «es difícil disculparse por algo que uno no se siente responsable», pero interrogó directamente a las víctimas, manifestando su solidaridad, afirmando que la tragedia de Angrois fue «un antes y un después en el sector ferroviario» y consideró que «la realización» no los ignora a todos. liberarlos en el juicio.