Este martes los clientes regresaron al balcón ubicado junto a los autos estacionados. Óscar Vásquez

Los agentes vuelven a ocupar el balcón que fue atropellado por un coche el domingo. Las mesas dañadas están apiladas en una esquina. Son la cicatriz de lo que pasó.

10 de julio de 2024 . Actualizado a las 05:00 a.m.

La Aldeana reabrió ayer sus puertas en Vigo en su ubicación habitual de la calle Rosalía de Castro. Abrió el balcón de su establecimiento como si no hubiera ocurrido el ataque accidental de un coche el domingo a doce clientes sentados al sol. “No se sabe qué pasó. El conductor dice que se le durmió la pierna, por lo que aumentó la velocidad y el auto dio marcha atrás, gracias a Dios hubo cultivadores que actuaron como escudo y detuvieron el impacto y porque. Del ruido ya me di cuenta de que algo malo estaba pasando cuando salí a la calle “Y luego la cosa se fue calmando a medida que avanzaba la tarde”, explica Antonio David, copropietario de La Aldeana.

Bastó hablar un rato con él para demostrarle Solidaridad de muchos vecinos Con el personal de este establecimiento hotelero con una historia que se remonta a 70 años. Algunos, aunque sabían que todo era espantoso, restaron importancia a lo ocurrido el domingo con buen humor: “Quien venga a comer ahora, Antonio, qué riesgo”.

Otros dos vecinos, que caminaban uno al lado del otro, también se detuvieron para saludar al dueño del hotel.

—[Vecinas] Antonio, buenos días, ¿cómo va todo?

—[Hostelero] bien bien.

—[V] Siempre piensas que estas cosas nunca suceden y luego suceden cuando menos te lo esperas. ¿Qué es este miedo, por el amor de Dios?

—[H] Nunca piensas en ello hasta que sucede.

—[V] ¿VERDADERO? Y mira, podría haber chocado contra el árbol, pero no. ¿Se conocía al conductor?

—[H] Ni idea.

Las mesas y sillas del porche dañadas por el accidente automovilístico están apiladas al final de la acera. Son la cicatriz de lo ocurrido el domingo. Antonio David confiesa que siente lástima por el conductor de 95 años. El dueño del hotel añade: “Pobre hombre, no fue culpa suya, simplemente estaba confundido. Pero tal vez sea necesario evaluar si puedes conducir cuando seas viejo, o si necesitas pasar algunas pruebas. con transmisión automática, y quizás este fue el problema más importante: todo fue aterrador, sin la tragedia «la sangre no llegó al río».

Y pasada la una de la tarde Las mesas de las gradas empezaron a llenarse naturalmente; Los clientes ignoraron, intencionadamente o por ignorancia, lo ocurrido en esa calle hace 48 horas. En la acera, la falta de marcas facilita pasar página. Además, los primeros olores provienen de las estufas.